Título: Cuando todo pesa.
Técnica: Acuarela, gouache y tinta china sobre papel.
Cuando todo pesa, una siente que la vida se le pega a los poros de la piel.
Hasta el aire resulta denso.
Las personas se van......... pero sus recuerdos pesan demasiado.
Los objetos decoran el espacio....... pero las estancias vacías, pesan demasiado.
El ruido aturde nuestra mente..... pero el silencio, muchas veces, pesa demasiado.
Paso a paso, y poco a poco, llenamos nuestra existencia de lugares, personas, trabajos y viajes, y nos damos cuenta de que el tiempo se nos ha ido de las manos sin a penas enterarnos.
Entonces nos lamentamos.
Ahora que no está, le echo de menos.
Ahora que se ha ido, me doy cuenta de lo mucho que le he querido.
Ahora que no está, me doy cuenta del espacio vacío.
Ahora que no oigo su voz, me doy cuenta del silencio sombrío.
El polvo de los recuerdos pesa demasiado, y ha tejido un vestido con costuras de plomo y no queda otra que llevarlo arrastrando, reanudando un viaje que parece ahora no tener sentido.
Pero el tiempo siempre cura las heridas abiertas y el corazón dañado. Así que cuando reuna fuerzas, pasará página, y con un poco de suerte comprenderá que todo está en su sitio, el vacío, la ausencia, el silencio... y el sin sentido.
Sandra Allo
Un abrazo para quien cree haberlo perdido todo.
Un abrazo para quien lo quiera coger.
¡Hola Sandra!
ResponderEliminarEn primer lugar gracias por compartir tú premio.
Sí, es verdad que el silencio, el vacío, la soledad, dejan esa sensación de haber hecho, menos de lo que se debió. ¡Pesada carga…!
Quizás, el querer ser… nos aturde el sentido de la humildad.
Quizás, los valores se recuperan con su perdida.
Quizás…
Saludos de J.M. Ojeda.
Buen fin de semana.
Hoy la palabra pesa, los versos pesan, pesa la poesía y la soledad. El lector siente el peso de esa corriente de emociones que le depara cada metáfora que, aunque no estudiada, logra su cometido: enternecer al lector.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Me va a venir como anillo al dedo tu texto, juegos del destino. Una vez trabajamos los huecos, esos vacíos que se nos quedan y que inconscientemente nos apresuramos a rellenar. Y esos rellenos apresurados nos vacían aún más sin posibilidades.
ResponderEliminarGracias Sandra, quedémonos ahora, aquí; en esa ausencia sonora que aprieta el pecho y la garganta.
Besos Ricardo
Qué ilustración más bonita, es preciosa ^_^
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